Cómo Curar las Úlceras Estomacales de Forma Natural: Consejos y Trucos

Tratamientos herbales para las úlceras estomacales: ¿Qué dice la ciencia?

Las úlcera pépticas – llamadas también úlcera pépticas – son heridas abiertas que surgen en la capa interna del estómago o en la parte superior del intestino delgado; su principal señal es una sensación de quemazón estomacal que tiende a empeorar entre comidas o durante la noche.

Razones y elementos de peligro

Además de la infección por Helicobacter pylori (H.pylori), y el uso continuado de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINES), como ibuprofeno o aspirina, que son las causas más comunes; hay otros factores que podrían influir en la aparición o agravamiento de las úlceras:

El abuso del alcohol puede provocar daños en el revestimiento del estómago y estimular la secreción ácido gástrico, aumentándola considerablemente.

Fumar puede retrasar la curación de heridas y aumentar la producción de ácido en el estómago.

El estrés crónico puede afectar la movilidad y las defensas del estómago de manera negativa.

Alimentos extremadamente condimentados o con alto contenido de grasa pueden causar irritación en la mucosa delicada.

Sentir una sensación de ardor o molestia en la región central o superior del abdomen.

Inflamación abdominal constante o eructos frecuentes que pueden indicar una digestión lenta.

Ardor de estómago o acidezz estomacal.

Síntomas de malestar estomacal que incluyen náuseas e incluso vómitos con presencia de sangre o heces de color oscuro (melena) que deben ser atendidos por un profesional de la salud sin demora.

Tratamientos tradicionales
Erradicación de H.pylori mediante la combinación de antibióticos y agentes protectores de la mucosa.

Reducción de la acidez estomacal mediante el uso de inhibidores de la bomba de protones (IBPs ) o bloqueadores H2.

Antiácidos son utilizados para aliviar el malestar neutralizando el exceso ácido en el estómago.

Si bien son eficientes en su función, estos tratamientos pueden acarrear inconvenientes como resistencia bacteriana, desequilibrios nutricionales (como la deficiente absorción de vitamina B12 y magnesio) y desequilibrios en la flora intestinal.

Aloe vera

Estudios iniciales sugieren que el uso del gel de Aloe vera puede favorecer la sanación de heridas en el estómago y duodeno, así como disminuir la inflamación.

Regaliz desglicirrizado (DDL)
Estimula la generación de mucina para fortalecer la barrera protectora del estómago.

Pruebas clínicas muestran que hay una mejoría en el dolor y la regeneración de tejido ulcerado, aunque se requieren más investigaciones de alta calidad.

Qué función tiene: un potente antiinflamatorio que puede detener el crecimiento de H pylori.

Las revisiones sugieren que la curcumina puede disminuir los signos de inflamación en el estómago y promover la regeneración de la mucosa.

Olmo resbaladizo, también conocido como ulmus fulva o ulmus rubra, es una especie de árbol nativo de América del Norte.
Lo que hace es crear un gel protector en el systema digestivo que disminuye la irritación.

Evidencia científica limitada en estudios con animales respalda su aplicación, siendo considerado seguro cuando se administra en cantidades moderadas.

Masticar (pistacia lentiscus)
Qué produce: resina con propiedades antibacterianas contra H. Pylori y capacidades curativas.

Pruebas limitadas en pacientes han mostrado una disminución en la presencia de H.pylori y un alivio de los síntomas.

Manzanilla (Matricaria recutita)
Qué función tiene? Actúa como un relajante muscular y antiinflamatorio, aliviando la irritación de la mucosa gástrica.

Prueba científica demuestra que tu infusión de hierbas alivia la indigestión y mejora la digestión de manera confortable.

Qué ocasiona el vaciamiento gástrico y disminuye las náuseas al mismo tiempo que regula la inflamación.

Pruebas científicas han mostrado que las úlceras inducidas pueden provocar menos dolor y una menor probabilidad de experimentar náuseas.

Raíces de malva (Althaea officinalis)
Su función es similar a la del olmo; recubre la mucosa para favorecer la curación de heridas.

Pruebas en animales respaldan la eficacia de este producto para proteger la mucosa gástrica.

Cómo incorporar de manera segura los tratamientos a base de hierbas.
Hablar con el experto.
Antes de comenzar cualquier tratamiento a base de hierbas es importante que consultes a tu doctor o a un herbolario certificado, en especial si estás tomando otros medicamentos.

Asegúrate de seleccionar suplementos estandarizados y de laboratorios certificados en cuanto a calidad para garantizar la concentración y pureza adecuadas.

Aloe vera se recomienda en dosis de 20 a 50 ml de gel puro al día antes de las comidas.

Tomar de 500 a 1000 miligramos de curcumina al día junto con comidas con alto contenido de grasa puede ayudar a mejorar su absorción.

Dosis recomendada de masticar cápsulas de 1 000 mg dos veces al día.

Infusionar manzanilla o jengibre en 2– 1 tazas diarias aproximadamente.

Duración de la terapia

Utiliza estas plantas durante un mínimo de 4 a 5 semanas para evaluar su efectividad y consulta a tu médico antes de extender su uso por más tiempo.

Vigilancia de efectos secundarios.
Esté atento a posibles señales de reacciones alérgicas o malestar estomacal al tomar ciertos medicamentos (por ejemplo: el regaliz desglicirrizado puede aumentar la presión arterial en dosificaciones elevadas).

Si bien los tratamientos tradicionales siguen siendo la principal opción para combatir la causa del dolor de forma efectiva, los remedios herbales se presentan como una alternativa atractiva gracias a su seguridad comprobada y a los beneficios adicionales que ofrece en el alivio del dolor. Al combinar antibióticos o antiinflamatorios no esteroides según sea necesario con hierbas como Aloe vera, regaliz desglicirrizado, cúrcuma o resina de lentisco, podemos potenciar el proceso de curación, disminuir los efectos secundarios y mejorar la calidad de vida en general.

Recuerda la importancia de hablar primero with un experto antes de empezar cualquier tipo de nueva terapia y de llevar un estilo de vida saludable (una dieta equilibrada y la reducción del consumo de tabaco y alcohol, así como el manejo del estrés), todo ello para evitar posibles recaídas.

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